Las tres goleadas recibidas por Cuba en la Copa de Oro de fútbol dan continuidad a una estela de fracasos eslabonados por este deporte en los últimos años.Escaso roce internacional y deficiencias técnico-tácticas caracterizan a un plantel que juega sin identidad, sin brújula, con mucho músculo y deseos, pero poco fútbol, ante planteles no siempre notablemente superiores.
